La entrada de hoy es el resultado
de una invitación. Hace no mucho tiempo, Mª Eugenia desde su blog nos invitó a un grupo de blogueros cocinitas, cocinillas y
cocineros a participar en un proyecto solidario. No encontré excusa para no
poder aceptarlo, era ilusionante, no me costaba el más mínimo esfuerzo y si mi pequeña
aportación de trabajo sumada a la de mis compañeros acaba dando los resultados
que Mª Eugenia se propuso en un principio y por los que ha peleado duro, esto
merecía de todas, todas la pena… El proyecto consistía en crear un libro "Recetas
Sencillas para Gente Solidaria", en formato PDF, para descargar de forma
gratuita y, a través de esta campaña,
apoyar los proyectos de Ayuda en Acción para Becas Comedor. La información complementaria y cómo podemos aportar nuestro pequeño granito de arena en forma de 2, 3 o los euros que tú consideres, la encontrarás aqui. Para descargar el libro, puedes hacerlo directamente pulsando en la imagen o desde este enlace.
domingo, 20 de julio de 2014
domingo, 13 de julio de 2014
Bizcocho "Fuego Nuevo"
Para los antiguos habitantes de
Tenochtitlan, cada cincuenta y dos años terminaba un ciclo cósmico y se
iniciaba uno nuevo. El sol era el actor principal. El que marcaba el paso del
tiempo. Cuando se ocultaba en el horizonte, se temía que no volviera a salir.
Para evitar que eso sucediera se realizaba una ceremonia que, según los cronistas de la conquista de
América, coincidía con el día en que las Pléyades se encontraban en el punto
más alto del cielo. Al caer la noche, los sacerdotes, vestidos con las
insignias, ropajes y máscaras de sus dioses caminaban hacia el Monte Huizache
(hoy Cerro de la Estrella). Los fuegos y las luces de toda la ciudad se
apagaban y las familias hacían limpieza general dentro de sus casas,
destruyendo todos los objetos de uso cotidiano. Se encendía el fuego en la cima
del cerro (Monte Huizache) y con él los sacerdotes prendían antorchas que eran
entregadas a los corredores más rápidos para que ellos distribuyeran el Fuego Nuevo, marcando así el inicio de
un nuevo ciclo cósmico. Los indígenas consideraban que la Montaña y el Sol
juntos eran la representación de Dios. Cuando Fray Bernardino de Sahagún se
enteró de ello, utilizó este simbolismo dentro de las cartillas con las cuales catequizaban a los indios. Esto me lo
contó Lupe mientras nos tomábamos un
“cafelito” acompañando un trozo de:
BIZCOCHO “FUEGO NUEVO”
Este bizcocho es un dulce suave,
ligero y aromático. Puede servir para el desayuno, como merienda e incluso se
puede utilizar como base para un bizcocho relleno. Tiene una textura muy
similar al Ángel Food pero, a diferencia
de éste, se prepara añadiendo mantequilla a la masa.
Ingredientes:
Pizca de sal.
150 grs de mantequilla.
200 grs de azúcar.
100 grs de harina (todo uso)
½ vaina de vainilla
(el interior rallado).
1 c.c de azúcar de caña
de grano un poquito grueso (opcional)
1 “copita” de tequila reposado.
Elaboración:
Montar las claras junto con la sal a punto de nieve firme y reservar.
En un bol amplio (luego mezclaremos todo ahí) ponemos el
azúcar y encima tamizamos la harina. Añadimos el interior de la vaina de
vainilla y la mantequilla en
pomada. Mezclamos todo bien.
Incorporamos el
tequila, y removemos para que quede todo bien integrado. Añadimos las
claras montadas y las incorporamos a la mezcla anterior con movimientos
envolventes. Una vez que esté todo bien
mezclado le echamos el azúcar de caña grueso (opcional) y vertemos la mezcla en un molde
antiadherente (o si no, lo untamos con
mantequilla y espolvoreamos con harina, para que no se pegue)
Precalentamos el horno a 200º durante diez minutos,
introducimos la preparación y cocemos a 180º de 25 a 35 minutos (dependiendo
del horno). Dejamos enfriar entes de desmoldar y decoramos al gusto de cada
quien y cada cual, en mi caso lo he espolvoreado de azúcar glas y le he puesto
unas rodajas de higos frescos y alquejenjes.
Yo participo de la creencia indígena de que la Montaña y el
Sol juntos representas algún dios, lo de
averiguar cuál es el día en que las Pléyades están en el punto más alto del
cielo, ese será… tu trabajo de campo en esta receta.
domingo, 6 de julio de 2014
Espiga de Salmón, Surimi y Queso
Helio es el dios del sol, que lo
ve y lo sabe todo, pero no puede guardar secretos. En las guerras cósmicas
entre los dioses y los titanes, los titanes le ahogaron en el mar oriental,
pero Zeus le resucitó y le entregó un carro de oro, tirado por cuatro caballos
blancos (Flegonte: Ardiente, Aéton: Resplandeciente, Pirois: Ígneo y Éoo: Amanecer) con alas, que echaban fuego por la boca. Cada mañana, las
Horas, diosas de las estaciones, enganchan los cuatro caballos al carro de
Helio y éste emprende su recorrido a través del cielo. La visión de su paso es
tan cegadora, que los ojos humanos no pueden mantener la mirada. Surgen llamas
de los hocicos de los caballos, el carro desprende millones de rayos de luz, y
el casco (a través de cuyas ranuras Helio contempla el mundo) y la coraza
brillan como el oro fundido. En cierta época, Helio tuvo una amante llamada
Clitia, hija del rey de Babilonia. Esto no le impedía murmurar de los amoríos
de otros dioses, y cuando Venus Afrodita le fue infiel a su esposo, a Helio le
faltó tiempo para chismorrear. Venus se vengó infundiéndole a Helio una
ardiente pasión por Leucótoe, hermana de Clitia. Clitia se puso tan celosa que se lo contó a
su padre, el cual ordenó que Leucóte fuera enterrada viva. Helio trató en vano
de revivirla dando calor a su cuerpo ya frío; y Clitia, habiendo perdido su
amor, se expuso desnuda al viento invernal, negándose a comer y beber. Pero su
amor por Helio seguía siendo tan fuerte, que su cuerpo echó raíces y se
convirtió en una hermosa flor, el heliotropo (o girasol), que aún sigue mirando
a Helio cuando este hace su recorrido diario por el cielo. Y para que tu y los
que acompañen tu mesa hagáis también un
recorrido con ojos enamorados, aunque sólo sea por el plato, a pesar de que
Helio no está acompañándonos mucho con sus rayos (al menos en la mitad norte
peninsular…):
ESPIGA DE SALMÓN, SURIMI Y QUESO
Ingredientes:
1 bolsa de palitos de surimi refrigerados
(175grs), cortados en rodajas finas.
1 puerro (la parte blanca) muy
picado.
Unas hojitas de cilantro (o
perejil) picado.
1 tarrina de queso crema (270
grs).
1 bolsa Mezcla 4 cresos rallados.
1 paquete de salmón ahumado (175
grs).
2 c.s de piñones.
Unas hojas de rúcula.
Elaboración:
En una sartén ponemos 2
cucharadas de aove y ahí rehogamos el puerro muy, muy picadito. No debe
dorarse. Añadimos el salmón troceado, le damos un par de vueltas, incorporamos
el cilantro (o el perejil) removemos e
inmediatamente echamos el queso crema. Con el fuego apagado, integramos todos
los ingredientes bien. Mientras se enfría, vamos con el resto de la receta.
Extendemos la masa de pizza y le
hacemos unos cortes, a derecha e izquierda, en diagonal, sin llegar al centro.

Cerramos la masa, dándole la
forma de una trenza, untamos con el aceite de oliva virgen extra (aove)
ecológico y espolvoreamos por encima los piñones.
Precalentamos (10 minutos) el
horno a 200º , introducimos nuestra trenza y cocemos durante 25/35 minutos a
180º.
Servimos acompañando de rúcula.
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Buen provecho y que Helio... deje algunos de sus rayos por aquí cerquita!!! |
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