Dirás que a buenas horas vengo
con la novedad, que no hace falta que te diga que me gusta el lenguaje en todas
sus formas: sonidos y palabras, expresiones faciales, ademanes con las manos,
la postura corporal y sus ritmos, lo que la gente piensa pero no dice
necesariamente con palabras. Siempre he amado las palabras; su poder, hasta su
silencio. Atiende a cómo el sonido de la palabra se forma en los labios, los
dientes, la lengua se eleva, luego se mantiene y por fin se desvanece. Una de las palabras que en este momento se me
antoja más bonita que otra, es la palabra vapor. Que por qué? Pues, porque involucra todos los sentidos. El
vapor puede ser opaco pero nunca llegará a ser sólido;
lo percibes pero no tiene una forma definida ni permanente. Es más, puede estar
frío o caliente. A veces huele fatal, otras veces maravillosamente bien.
Algunos vapores son tremendamente peligrosos y otros puramente inofensivos. Con
una simple inspiración el vapor entra por la nariz y llega a nuestros pulmones.
Y también está la presión del vapor, el equilibrio entre dos estados que se
alcanza a los 100º. Tienes agua y un instante después debido a la presión del
calor…se convirtió en vapor. Esto ocurre continuamente en nuestras cocinas. Y
ahora... juega, cierra los ojos, inspira, deja que un cálido vapor penetre por tu
nariz y traiga todos los aromas de una
tarde de otoño para acompañar este plato de:
TRIGO TIERNO Y SETAS
Ingredientes
(2 personas):
1 puñadito de Cantharellus.
4 c.s de aove
1 ajo.
½ vaso de vino blanco seco
Sal (opcional)
Pimienta negra recién molida (al
gusto)
1 taza de trigo tierno.
2 ½ tazas de Caldo de verduras o de pollo ( brick)
Elaboración:
Cocemos el trigo tierno en el
caldo de verduras o pollo y una vez cocido lo reservamos.
Limpiamos bien nuestras setas
(preferiblemente con un cepillito y sin mojar) y si son grandes las cortamos en
trozos.
Ponemos en una cazuela el aceite
y echamos el ajo picadito, cuando comience a tomar color añadimos las setas,
las salpimentamos, le damos un par de vueltitas y las regamos con el vino blanco
dejamos que evapore el alcohol un par de minutos y agregamos nuestro trigo
tierno, que tome un poquito de sabor, hasta que se absorba todo el líquido de
cocción. Un sencillo plato que te embriagará con su cálido vapor.