Esta es una crónica de pasión y
muerte. Cuando Argimiro nació, la prostitución era en su ciudad un negocio
todavía caótico, pero potente y en vías de florecimiento. Unos años después,
como quince o diez, ante el auge de la ramería, el alcalde creó un departamento
especial, encargado de controlar y supervisar la venta de caricias. Así nació
la Casa del Servicio de Higiene y Salud, donde eran atendidas y registradas las
damas que ejercían el amor pagado. A los dieciocho años, Argimiro pasó a ser
conocido como Gigi (yi-yi), un hombre cuya hermosura, generosidad y educación
le augurarían un espacio cada vez mayor, hasta convertirse en Gigi el amoroso, el más conocido accionista
del amor rentado en toda la provincia. Las mujeres que viven de su sexo, se
enamoran. Son mujeres de carne y hueso como las otras, lo que un poquito más
desenvueltas, sin tapujos. Gigi tuvo su harén. Mujeres loquitas por él. Se les
caía la baba. Se abrían de piernas. La morena Carmela decía que de los
mojigatos nadie se enamora, pero de un tipo como el Gigi, era imposible no
hacerlo. Que ella misma, sin haberle hablado nunca, sólo de haberle visto
pasearse, ya estaba medio embelesada. Porque él era algo imposible. Un tipo de
hombre que cuidaba, respetaba y mimaba a las mujeres, un tipo que no se da fácil. Gigi consultaba a Rosita
Puñales cómo iba a irle el día. Rosita tenía poderes de predecir, y aquel
día la Puñales había conseguido
alarmar a Gigi el amoroso. El hombre,
tenía que hacer su recorrido nocturno por los locales que regentaba en aquel
barrio apartado del mundo, por las predicciones de Rosita puñales, revisó su revolver antes de salir. A las 8:38 Gigi
caminaba por la calle del Desamparo, visitando las casas donde oficiaban sus
señoras putas. Cuando el reloj marcaba las 8:55 Gigi el amoroso había entrado en la casa del Desamparo 24 donde
trabajaban la mulata Chon y Chelita Rojo. Cuatro minutos necesitó Gigi para
conversar con las mujeres. Carmen Rosarios, la dama del amor del Desamparo 29,
se asomó a la puerta cuando el reloj se disponía a marcar las 8:59. La calle
estaba inexplicablemente desierta a esa hora ya favorable, y vio avanzar, hacia
donde ella se encontraba a dos hombres. Entonces Carmen escuchó una risa y
desvió la mirada hacia la acera de enfrente.
De la casa nº 24 salía, en ese instante, Gigi el amoroso y sintió unos pasos en el tejado. Y empezaron los disparos. Carmen no pudo ver nada más, porque se
tapó la cara. Mimí Morales era una de las mujeres de Gigi y trabajaba en
Desamparo 35. Esa noche había recibido a un cliente y a las 8:59 salía del
baño, fresca y perfumada dispuesta a continuar la faena. Al oír las
detonaciones, Mimí se asomó y vio a un hombre que corría y otro que yacía en el
suelo. Un presentimiento insondable le hizo acercarse al que estaba frente a su
casa y, con lágrimas en los ojos, fue testigo de la agonía de su amado Gigi.
Casi a las diez en punto de la noche Mimí Morales cayó arrodillada junto a su
hombre: le parecía imposible que, sobre los adoquines del Desamparo, yaciera
como un simple mortal el cuerpo del más hermoso y fatigante ejemplar del sexo
masculino que ella jamás hubiera conocido. Gigi el amoroso sangraba por dos heridas: una en el hombro y otra en el
costado izquierdo del cuerpo. Nadie notó que en el borde de la acera, junto a
la casa del Desamparo 33, temblaba, con un impulso telúrico indetenible la
corona de un rey.
Ingredientes:
Masa Choux:
130 grs de agua mineral.
65grs. De mantequilla.
80 grs de harina de todo uso.
½ c.c de sal.
2 huevos grandes.
Ganaché de avellanas.
Nata endulzada (al gusto) y montada
fuerte.
Elaboración:
Ponemos al fuego un cazo el agua con la sal y la mantequilla y
cuando rompa a hervir – unos 2 segundos- con burbujas gordas, separamos el cazo
del fuego y echamos de golpe la harina, removemos bien y volvemos a poner al
fugo unos segundos más, seguimos removiendo hasta que la masa se separe de las
paredes del cazo.
Retiramos la masa del fuego,
esperamos unos 8 minutos y añadimos los
huevos de uno en uno, hasta que no esté completamente integrado el primero, no
incorporamos el segundo.
Encendemos el horno a 180º, con
aire.
En un molde colocamos (+/-) una
cucharada de masa. Si no disponemos de molde, depositamos la cucharada de masa directamente
sobre la placa de hornear, sin papel, ya que el papel absorbería parte de la humedad
de la masa.
Horneamos hasta que la masa empieza
a dorarse. Sacamos los choux/ buñuelos del horno y cuando están fríos procedemos a
rellenar.
Mientras se hacen nuestros choux,
preparamos la Ganaché.
Ganaché de avellanas
ingredientes:
50 grs Chocolate para cobertura del 70%
20 grs Pasta de avellanas.
50 grs nata.
Elaboración:
Calentamos la nata en un cazo
pequeño y de doble fondo, cuando esté bien caliente (pero sin hervir) le
incorporamos el chocolate en trocitos pequeños, el mismo calor de la nata iré
derritiendo el chocolate. Y por último la pasta de avellanas, removiendo bien
para que quede todo perfectamente integrado.
Abrimos con cuidado nuestros buñuelos (también lo puedes hacer con una manga y una boquilla muy fina, pero a mí me gusta el toque rústico) y ponemos una cucharadita de ganaché y encima otra de nata montada
fuertemente.
Magníficos y deliciosos buñuelos para mitigar la pena que dejó la muerte de Gigi el amoroso en todas sus amantes:)
ResponderEliminarFantástico relato y deliciosa receta Sonsoles!!!
Un abrazo enooorme y que disfrutes todo lo que puedas del verano!!!!
Nos vemos a la vuelta😙
Magníficos y deliciosos buñuelos para mitigar la pena que dejó la muerte de Gigi el amoroso en todas sus amantes:)
ResponderEliminarFantástico relato y deliciosa receta Sonsoles!!!
Un abrazo enooorme y que disfrutes todo lo que puedas del verano!!!!
Nos vemos a la vuelta😙
¡¡Hola Sonsoles!! vaya, qué mal le ha ido a este Gigi Amoroso, porque el de la canción, terminó mejor, que se fue a Hollywood con una americana. Y es que los reyes, también mueren y resultan ser mortales como el resto.
ResponderEliminarBueno, pues nos vamos a poner la canción de Gigi el amoroso mientras nos zampamos estos buñuelos, que con ese relleno tan fantástico, te aseguro que me los como todos antes de que termine la canción, ja, ja.
Bueno, la semana que viene, por fin haremos nuestro viaje, así que ya te veo a la vuelta. Besitos.
Sonsoles que mal cuerpo se me ha quedado tras la muerte de Gigi, una trágica muerte, muy diferente a si hubiera sido accidental o a causa de alguna enfermedad, entonces esa sensación de malestar que me has dejado, se hubiera convertido en tristeza.
ResponderEliminarPero como gracias a Dios, es una historia de ficción, y para levantarnos el ánimo, no hay nada mejor que comer algo bien rico y delicioso, como estos magníficos profiteroles, te han quedado perfectos, y la presentación ideal, yo también soy más de deja las cosas con ese toque rústico y natural.
Besos y que tengas una feliz semana.
Sonsoles que mal cuerpo se me ha quedado tras la muerte de Gigi, una trágica muerte, muy diferente a si hubiera sido accidental o a causa de alguna enfermedad, entonces esa sensación de malestar que me has dejado, se hubiera convertido en tristeza.
ResponderEliminarPero como gracias a Dios, es una historia de ficción, y para levantarnos el ánimo, no hay nada mejor que comer algo bien rico y delicioso, como estos magníficos profiteroles, te han quedado perfectos, y la presentación ideal, yo también soy más de deja las cosas con ese toque rústico y natural.
Besos y que tengas una feliz semana.
En fin , murió y dejó sus amantes, pero a todos les llega su hora, sean quienes sean!! Yo me quedo disfrutando de tus buñuelos que son deliciosos y de lujo!! un beso preciosa!!
ResponderEliminarEsos buñuelos me han recordado a los "buñuelos de viento", dulce típico de salamanca para el día de todos los santos. Una delicia. Gracias por compartir como prepararlos.
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