La última patada que la vida le dio
a Marta la ubicó directamente en un pequeño pueblo, de esos de interior, mejor diría que de un profundo interior de vértigo. El pueblo es tan joven y tan pobre que no tiene
leyendas, fantasmas ni historias remotas. No cuenta siquiera con un cementerio,
propicio a los aparecidos, y la santa de la iglesia jamás realizó ningún milagro memorable, tampoco ninguno que fuera discretamente rumoreado…ni milagritos en el
pueblo!!! El pueblo sí que tuvo algo así
como un par de damas acaudaladas y neuróticas – cualidades indispensables y
parejas- pero sin oscuras noches de lujuria dedicadas a juegos prohibidos, y
que nunca llegaron a engendrar voluptuosos
recuerdos, aunque sí algún pícaro comentario sobre las necesidades espirituales
nocturnas que, hacían indispensable, la visita del maduro pater, hisopo en ristre y sotana al viento, a una, otra o ambas dos;
la mayoría de las veces en horas donde sólo se oye el maullar de los gatos a la
luna. Por eso, cuando en la calle más estrecha del pueblo apareció la fachada
de la casa de Marta, pintada de los colores del agua y las nubes, la
imaginación de la gente se inflamó como vela que se agita con los vientos favorables.
Y han surgido historias insólitas, maravillosas, espeluznantes a veces. Pero
esto ha pasado cuando el primer fantasma visto en el pueblo debe tener, por lo
menos, setenta y cinco años de soledad. Cuando el sol va escondiéndose, sale a
pasear el tranquilo y adormilado fantasma,
en su vestimenta no falta un
detalle de hombre de honor de cualquier tiempo presente o pasado. Lo curioso es,
que la voz se ha corrido y de vez en cuando
hay más de un fantasma jugando a las cartas en algún rincón de la
vieja chopera…se les oye cantar las
cuarenta en bastos y a poquito que te
quedes sin hablar, el viento trae sus risas y voces. No es de extrañar que los
fantasmas estén empezando a salir de sus aburridos silencios, cuando lo que les
llega es el aroma de la cocina de Marta:
ZAPALLITOS, POLLO Y
QUESO: MILHOJAS
Ingredientes (4 personas):
½ pechuga de pollo fileteada.
6 c.s de queso mozzarella rallado.
Un poquito de orégano seco.
Pimienta negra recién molida
(optativo y al gusto)
Salsa de tomate casera (cantidad
necesaria) fría.
Elaboración:
Lavamos bien y cortamos horizontalmente, en rodajas no muy gruesas,
los zapallitos. Reservamos.
Fileteamos y cortamos en trozos
pequeños la ½ pechuga de pollo (para que no se nos salga en exceso de la
milhoja).
Colocamos una primera rodaja de
zapallo (le cortamos un poquito la base para que se mantenga en el plato), le
ponemos un pizco de orégano y encima el pollo (procurando ajustarlo a la forma
de la base) con su toque de pimienta y sal…si quieres, vertemos una cucharada
de salsa de tomate y por último el queso. Repetimos la operación hasta acabar
con la rodaja final de zapallito, servirá de sombrero.
Para que no se nos vaya al garete
nuestra obra de arte, le insertamos un palo de brocheta.
Vertemos unas cucharadas de salsa
de tomate en el fondo de la fuente, o el plato donde lo vas a servir (como he
hecho yo).
Introducimos en el microondas, a
máxima potencia, 3 minutos si es en versión individual y unos 8 si ponemos tres
o cuatro en la fuente.
Precioso relato Sonsoles!!!!
ResponderEliminarQue se echa muucho de menos cuando no públicas :)
Y la receta....para abrir el apetito al más pintado!!!
Absolutamente lujuriosa, jaaa, jaaa
Un enorrrme abrazo y feliz domingo!!!
¡Qué bonito Sonsoles!
ResponderEliminarLa receta, la presentación, los platos (sobretodo ese azul) y como no tu precioso relato con el que me dejas suspirando, por una tórrida historia de pasión desenfrenada.
¡Qué bonito! Poder soñar despierta, y eso es gracias a ti, los zapallitos me encantan desde que mi cuñado que es argentino, trajo semillas de su tierra, y mi padre los cultivaba hace años, y con esa salsita, es como para no soñar. Cuantas delicias eres capaz de traernos, son por estas cosas a veces sencillas a veces laboriosas, por lo que me gusta tanto sentarme en tu cocina y respirar lenta y pausadamente, sin prisas, es domingo y lo vamos a disfrutar.
Besos y más besos preciosa.
No conozco los zapallitos, al menos por ese nombre, parecen calabacines redondos y creo que a falta de los primeros se podrían utilizar los segundos porque lo que no sería de ley es quedarnos sin probar esta rica receta, que estando de acuerdo con el relato, hasta es capaz de revivir a un muerto.
ResponderEliminarUn beso.
Me encanta el milhojas, sanote y super rico, y me encanta que los fantasmas por fin hayan salido a dar un paseo por el pueblo...
ResponderEliminarHola Sonsoles, aquí he venido a disfrutar de tu relato y de tu receta. Que si con el relato he disfrutado con la receta no iba a ser menos. No conozco los zapallitos pero creo que si busco unos calabacines también podría ser una buena idea. Mil besos y un achuchón, se te echa de menos amiga!!
ResponderEliminarHola, jo otra idea para los calabacines..que buena pinta..y que plato mas nutriente.
ResponderEliminarBuenisimo
http://raquelysucasa.blogspot.com.es/
Hola Sonsoles qu relato mas bonito jajja me gusta que los fantasmas salgan de paseo.
ResponderEliminarLos Zapallitos que son calabacines ?? parece que si lo buscare ahora mismo en google,
Las milhojas me encantan y esta receta esta buenísima, como todas las que haces, maravillosas
Besinos
El toque de Belén
Parecem courgettes redondas pelo menos o nome é diferente.
ResponderEliminarFicou com um aspecto delicioso, gostei muito mesmo.
Boa semana
De patadas de la vida también soy experta, y a veces acabar en un pueblo remoto donde no te conociera nadie estaría bien... en fin, la receta dan ganas de perderse donde sea, jajaja.
ResponderEliminarUn beso grande preciosa
¡¡Hola Sonsoles!! Eché en falta la semana pasada tu relato y tu receta, menos mal que ayer si sacaste un hueco para nosotros. Has venido hasta con fantasmas incluidos, ja, ja. Y con una receta deliciosa y en el microondas, para que no pasemos calor cocinando, que eso está muy bien. Las milhojas han quedado fantásticas, tanto, que seguro los fantasma vuelven a pasearse por la cocina, esta vez, para oler esta deliciosa receta, y se van a tener que conformar sólo con eso, porque los fantasmas tienen muchas cualidades, pero los pobres no pueden comer, así, ¡¡que todo para nosotros, je, je!! Besitos.
ResponderEliminarMuy apetecible y no solo por esos llamativos colores, es que esos ingredientes bien seleccionados, estoy convencido que dan un premio a un sabor delicioso y saludable.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo y feliz semana
Aveces según porque circustancias pasas en la vida sería bueno vivir en un pueblo donde no encuentres ni los fantasmas, solo paz y tranquilidad.
ResponderEliminarLa receta muy rica, el aspecto es inmejorable y se ve de lo más patecible, seguro que tu si que has despertado a algún fantasma con ese plato.
Un beso.
Madremia nena, que cacao llevo...que te estaba leyendo desde el movis y he puesto directamente cocina con vistas y me ha salido la receta de Mcaguever ...los azucarillos de colores, que por cierto me descojonao viva pero ¿ tu tas actualizao el blog para que se vea en el movil ? en fin , miratelo que lo mismo tengo atrofiao mi el mio..bueno , a lo que venia ..a comerme tu zapallito que no te me ibas a escapar que igual que tu vienes yo vengo y asi pa siempre que me vuelve loca tu cocina y TU...grande mi Sonsoles!!! me encantassssss
ResponderEliminarhola!!! pues y me perdía con tu receta y me iba tan tranquila a darme un homenaje entre los fantasmas, jaja. El plato de lujo, un color y una pintaza genial, besos!
ResponderEliminarLa presentación es magnífica, me ha llamado mucho la atención, así que tengo que prepararla en cuanto pueda. Creo que en casa va a gustar mucho.
ResponderEliminarEnhorabuena por la receta y por el blog en general. Saludos.
Ideal me encanta tu receta, un plato de lujo para cualquier ocasión! besos!!
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