Las frutas y las verduras tienen su momento álgido de consumo para poder aprovechar todas sus propiedades y disfrutar de su sabor. Sin embargo, no siempre las usamos y preparamos justo cuando debemos, y a veces nos encontramos con que están pasadas, ya no tan hermosas y tan óptimas para poder consumirlas frescas. ¿Qué podemos hacer?
- Tomates: Pica los tomates blandos y utilízalos para hacer una salsa para pasta, que puedes comer de inmediato, guardar en el refrigerador de 2 a 3 días o congelar hasta por 6 meses. O utilízalos en lugar de salsa de tomate como base de sabor más fresco para la salsa barbacoa casera.
- Uvas: Una vez que las uvas hayan comenzado a ablandarse, lávalas y sécalas, quítalas del tallo y colócalas en una bolsa de plástico con cierre para congelador. Una vez congeladas, son golosinas ideales para picar (como bombones de sorbete) o enfriar bebidas, como la sangría.
- Bayas: Para las bayas como las fresas, los arándanos y las frambuesas, congélalas en una bandeja y luego transfiérelas a una bolsa de plástico con cierre (si las congelas primero en una bandeja evitarás que se congelen en una mancha gigante). Úsalas en batidos y mermeladas rápidas, o descongélalas y sírvelas en helado o bizcocho.
- Hierbas: ¿Tus hierbas están adquiriendo ese aspecto triste y flexible? Haz un puré con el aceite suficiente para que la licuadora funcione y congele la mezcla en un recipiente poco profundo hasta por 6 meses. Saca cucharadas de la mezcla para obtener un toque de hierbas frescas en adobos, salsas y aderezos.
- Calabacín/ Calabaza: Una vez que la piel empiece a ceder cuando la aprietas, córtalas en rodajas, mezclalas con suficiente aceite para cubrirlas ligeramente y espolvorea con unas pizcas de sal y pimienta. Ásalos a fuego alto hasta que estén dorados y tiernos; se mantendrán en tu refrigerador por otros 3 a 4 días, listos para ser usados, recalentados o no, en ensaladas de pasta, ensaladas verdes o sándwiches.
- Manzanas: Cuando empiecen a ponerse un poco harinosas, rállalas en ensaladas para obtener un sabor dulce y crujiente de forma saludable.
- Plátanos: Cuando los plátanos se vuelvan marrones y blandos, simplemente pélalos y tritúralos, luego cambia la mezcla a una bolsa para congelar y congélala. Úsalo más tarde para batidos, daiquiris de plátano o comida para bebés.
- Cítricos: Los cítricos duran mucho tiempo en el cajón del frigorífico (entre 1 y 2 semanas), pero si está superando la marca de las 2 semanas, aún puedes hacer uso de cada parte. Ralla la ralladura del exterior (las partes que no son marrones) y congélalas en una bolsa resellable para su uso posterior. A continuación, exprime el zumo de la fruta; en el refrigerador, ese zumo te durará al menos unos días más, pero si sabes que no lo usarás antes, congela el zumo en una bandeja de cubitos de hielo en porciones de 2 cucharaditas para agregar golpes de cítricos a las sopas, salsas o bebidas heladas.
- Pepinos, pimientos, rábanos y zanahorias: Estas verduras resistentes duran un tiempo en el refrigerador, pero cuando comienzan a pocharse, ¡es hora de hacer encurtidas!